¿Entendemos las necesidades de nuestros tres cuerpos: el físico, el emocional y el mental?
¿De qué forma debemos cuidarlos, alimentarlos y reciclar sus bloqueos para que podamos conseguir el equilibrio interior que todos deseamos?
¿Nos preguntamos cómo influye nuestra alimentación en el día a día, en nuestro estado de ánimo, en nuestro trabajo, en nuestras relaciones?.
Muchas veces estamos tan ocupados con nuestros problemas, en nuestro transcurrir diario, que apenas dedicamos tiempo a nuestra correcta alimentación. Habitualmente comemos rápido y apurados, ingiriendo alimentos poco saludables.
En otras ocasiones, pasamos por momentos emocionalmente difíciles y optamos por alimentos no tan saludables, como dulces, bollería, grasas saturadas, alcohol, refinados, etc.
Lo que comemos está estrechamente ligado a nuestras emociones, y ellas están ligadas del mismo modo a lo que elegimos comer. Es un mecanismo que se retroalimenta y que muchas veces no nos damos cuenta estamos diariamente inmersos en él.
Por eso es muy importante darse cuenta de esta situación, cambiar esos hábitos y reemplazarlos por otros saludables. Resolver cada conflicto en cada cuerpo (emocional, mental y físico). Debemos comprender que solo tenemos un cuerpo con aparato digestivo y ese es el cuerpo físico y el único que ingiere alimentos.
En algún momento de nuestras vidas son sentimos estresados. Los motivos pueden ser diversos, como el trabajo, por una situación difícil, por pérdidas de seres queridos, vísperas de acontecimientos importantes, etc, provocándonos ansiedad emocional. Frecuentemente esta sensación va acompañada de miedo, angustia, pánico y bloqueo. Cuando esta situación no se resuelve intentamos ocultarla para evitar que explote y siga creciendo dicha ansiedad.
La ansiedad es un estado emocional y a su vez es un impulso de energía. Si no se resuelve, termina convirtiéndose en energía bloqueada. Por esta razón, muchas veces sentimos apego por comida muy energética (bebidas con alcohol, dulces refinados, carbohidratos, comidas con grasa saturada) para compensar esta energía atrapada y bloqueada en nuestro interior.
Lamentablemente esta no es la solución.
Al contrario estos alimentos van a provocar el bloqueo en el cuerpo físico y además no van a resolver nuestro conflicto en el plano emocional, provocándonos cansancio y desmotivación. A su vez nos llevará a volver a elegir en los alimentos la solución a nuestro conflicto emocional generando un círculo cerrado que se retroalimenta.
Nuestras emociones no necesitan alimentos, solo entenderlas y dejar que nos atraviesen y permitir que fluyan, transitando por ellas sin detenerse en ellas, pues nos bloquearán y no resolveremos el conflicto.
¿Puedo llegar a ser consciente de mí mismo durante esos momentos que se me hacen tan duros emocionalmente hablando (momentos de ansiedad, miedo, angustia, tristeza, llanto o una combinación de varios de ellos) no solamente observando mi estado de ánimo sino sobre todo a mí mismo?.
Escuchar a nuestro cuerpo físico es primordial para suministrarle lo que nos pide.
Necesitamos que se mantenga fuerte y saludable, sin abusar de él.
Nuestro cuerpo físico habitualmente nos avisa y nos alerta sobre estas circunstancias.
Somos una unidad formada por estos tres cuerpos con necesidades distintas en tres planos diferentes.
Comprender este principio hará que nos mantengamos saludables, felices y dispuestos a superar cualquier obstáculo.
Está en nosotros comenzar a recorrer este camino de la comprensión de nuestras necesidades, siendo conscientes de realizar un consumo de alimentos sanos y naturales, en forma equilibrada.
Daniel Biera
Gerente General de NUTRASEM SRL