Recetas saludables con semilla de chía

La chía, junto al maíz, el poroto y el amaranto, era uno de los cultivos básicos destinados a la alimentación del pueblo maya y era ofrendado a los dioses como agradecimiento por las cosechas.
Los aztecas, igualmente, utilizaban la semilla de chía parafines alimenticios (en bebida mezclada con agua, molida en harina, etc.) y medicinales, como así también en la elaboración de pinturas para el rostro y elcuerpo ungüentos.

Propiedades nutritivas y curativas

En la actualidad, la chía es reconocida por sus propiedades nutritivas, ya que es rica en ácidos grasos poli-insaturados, antioxidantes naturales, fibra, vitaminas como B1, B2, B3 y minerales como calcio, el hierro, el fósforo y el zinc.

La chía contiene abundante Omega 3 (el doble que los pescados como el salmón) necesario en el organismo para disminuir los triglicéridos y el colesterol, reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Incluso, por su efecto reductor sobre la glucemia, resulta beneficioso para los diabéticos. No posee gluten, o sea que puede ser consumida por los celíacos.

La semilla de chía mejora, además, el sistema inmunológico, al incrementar las defensas naturales debido a los minerales que contiene y ejerce una acción antiinflamatoria sobre los tejidos, lo que mejorar notablemente dolencias como dolores articulares, reumatismo, artrosis y artritis

La chía favorece el transporte de nutrientes al organismo, activa el metabolismo y se considera un arma infalible para combatir el sobrepeso, ya que tiene la capacidad de reducir los antojos y hacer sentir una sensación de saciedad más rápido, debido a que absorbe 10 veces su peso en agua, produciendo una suerte de gel voluminoso que da sensación de llenura.

Por ello, puede ser usada como un suplemento alimenticio que permiten adelgazar, eliminar las toxinas y mejorar el tránsito intestinal.


Recetas saludables con chía

#1 Pan de chía y centeno

Ingredientes: Para 2 panes medianos

  • 400 g de harina de centeno
  • 200 g de harina blanca 0000
  • 1 cucharada de levadura de cerveza seca
  • 50 g de semilla de chía molida
  • 1 pizca de curry suave
  • 1 cucharadita de mezcla de especias dulces (5 especias)
  • 1 cucharadita de sal marina fina
  • 2 cucharadas de miel
  • 4 cucharadas de aceite neutro
  • Agua tibia, cantidad necesaria
  • 2 moldes de budín ingles de 26cm de largo

Preparación

Mezclar todos los ingredientes secos en un recipiente adecuado para poder trabajar con la mano la masa.
Hacer un hueco en el centro de los ingredientes y agregar el aceite, la miel y 1 taza del agua tibia.
Comenzar por disolver y unir los líquidos y, una vez logrado, comenzar a incorporar la harina de los bordes, siempre con el trabajode las yemas de los dedos, deshaciendo grumos.
Mantener en el centro una preparación de consistencia pastosa hasta haber incorporado las 2/3 partes de los sólidos.
Desde ese momento seguir mezclando los ingredientes, sin añadir nada de líquido, y trabajando mucho la masa, logrando una textura suave y lisa, de abundante humedad, pero que desprende de la mano por su propio peso.
Tapar el recipiente lo más hermético que se pueda y dejar leudar en un lugar cálido, sin corrientes de aire, alejado de toda fuente de calor directa.
Cuando la masa duplica su volumen, se trabaja con las manos eliminando los gases de la fermentación y, entonces sí, se divide en dos partes lo más iguales posible.
Dar forma de pan flauta a cada masa para acomodarlas en los moldes, previamente pincelados con aceite. Realizar unos cortes en diagonal sobre los panes, lo más superficiales que podamos, y tapar con un lienzo. Dejar leudar hasta que la masa llegue al borde de los moldes. Precalentar mientras tanto el horno a 180° C, temperatura moderada alta y poner agua a hervir.
Completado el leudado, poner el agua hirviendo en una asadera para horno y colocar en el piso del mismo. levar los panes al horno y cocinar durante 20 a 25 minutos, aproximadamente.
Cuando vemos que el pan comienza a despegarse del molde, retirar un pan como testigo, desmoldarlo sobre un lienzo en la mano y golpearlo con un pellizco. Si suena compacto está cocido, si el sonido es demasiado hueco, falta cocción.
Completada la cocción, retirar del horno, desmoldar sobre rejilla y si la corteza, gracias al vapor, no quedó muy seca, simplemente tapar con lienzo y dejar enfriar. Al contrario, si no ha sido suficiente el vapor y la corteza es demasiado seca y dura, en caliente pincelamos con agua y recién después tapamos para enfriar.

Importante: Si queremos congelar el pan, conviene que lo hagamos con el pan tibio, para mantener una buena humedad cuando lo descongelemos. Si lo queremos conservar en la heladera, una vez tibio, lo envolvemos en lienzo y lo refrigeramos.

#2: Tarta de cebollas con masa de mijo y chía

Ingredientes Para 8 porciones

Masa

  • 2 pocilios de café como medida de mijo
  • 4 pocilios de café como medida de agua
  • 1 pocilio de café como medida de chía molida
  • 4 cucharadas de aceite de oliva
  • 2 dientes de ajo machacados
  • 2 hojas de laurel

Relleno

  • 4 cebollas grandes (1 kilo aproximadamente)
  • 25g de manteca
  • 1/2 vaso de vino blanco seco
  • 1 taza de cebollín fresco picado (1 atado grande ó 3 de los pequeños)
  • 2 huevos grandes
  • 1 pizca de comino
  • Sal marina fina a gusto
  • Pimienta de molinillo a gusto

Preparación

Cocinar el mijo poniéndolo en una cacerolita con el agua, el ajo y el laurel. Una vez listo, retirar el ajo y el laurel, dejar reposar 10 minutos para entibiar y mezclar con la chía y el aceite de oliva. Trabajar los ingredientes con la masa, formando una pasta bien homogénea. Forrar un molde de tarta de 26cm de diámetro pincelado con aceite, formando una base de masa de 1,5cm de grosor, no más.
Mantener en la heladera mientras preparamos el relleno. Cortar la cebolla en dados medianos, bien rústicos. Así evitamos que pierda jugos en el corte. Fundir la manteca en una sartén, sobre el calor del fuego (esto quiere decir que no apoyamos la sartén en la hornalla) así no se quema la manteca. Mezclar la cebolla con la manteca y tapar la sartén. Llevar, ahora sí, sobre el fuego moderado, para comenzar a rehogar suavemente, obteniendo que se desprendan los jugos de la cebolla en la preparación.
Cuando comienza a salir vapor del recipiente, destapar con cuidado y mezclar. Si los jugos son abundantes, dejar destapado para evaporar, caso contrario, continuamos un tiempo con la sartén tapada y luego evaporar los jugos. Cuando dejamos la preparación destapada con abundante jugo, es el momento de añadir el vino, así evaporamos los líquidos juntos.
Precalentar el horno a 180° C, temperatura moderada fuerte. Esta forma de cocción va a permitir obtener una cebolla totalmente tierna y transparente, sin color dorado ni materia grasa quemada.
Con la cebolla bien cocida y seca, retirar del fuego y añadir el cebollín picado y los condimentos. Mezclar y en cuanto se entibia, agregar los huevos, mezclar y corregir la sazón y condimento a gusto. Volcar el relleno en la masa refrigerada y llevar al horno. Cocinar durante25 a 35 minutos, hasta que la masa se separe del molde y esté seca y dorada, al igual que la cubierta de la tarta.
Servir la tarta tibia, para poder cortarla sin que se deshaga la masa de mijo.

Fuente: http://www.recetas-saludables.com/chia.html